Cómo afrontar el miedo al cambio
Cambiar es muy sano. Significa evolucionar, aprender y conseguir mejores resultados. Pero a veces cuando se avecina un cambio lo percibimos como una de las peores amenazas que pueda existir en el mundo. Afrontar el miedo al cambio en tu vida a priori puede ser chocante, algo a lo que no estás preparado para aceptar. Asumir el cambio nos cuesta, por eso en este post tienes varios consejos para saber cómo afrontar el miedo al cambio.
¿Qué es el miedo?
Se conoce como miedo al estado emocional que surge en respuesta ante una situación de eventual peligro. También, miedo se refiere al sentimiento de desconfianza de que pueda ocurrir algo malo, "tenía miedo de que saliera mal la presentación de mi tesis".
El miedo puede ser desencadenado por una idea en relación a algo desagradable, por razones imaginarias, sin fundamento o lógica racional, por ejemplo: los fantasmas, o por un riesgo real. Normalmente, para que el miedo surja es imprescindible la presencia de un estímulo que provoque la ansiedad e inseguridad en el individuo. Esto, conlleva a unas reacciones físicas por parte de los individuos como el enfrentamiento o la huida ante dicha situación.
La idea de que algo o alguna cosa pueda amenazar la seguridad o vida de alguien, puede causar que el cerebro se active involuntariamente, una serie de compuestos químicos que provocan reacciones que caracterizan el miedo.
En psicología, el miedo es un mecanismo de defensa, psicológico y fisiológico, que permite al ser vivo mantenerse alejado o a la defensiva y asegurar su supervivencia ante un eventual peligro. En referencia a este punto, se puede afirmar que el miedo es necesario y hasta positivo porque prepara al organismo a reaccionar ante situaciones que requieren una activación neuronal superior a la de otros eventos.
¿Por qué sentimos miedo?
Todos los seres humanos sentimos miedo de alguna cosa. Estamos programados para activar instintivamente todas nuestras alertas y responder ante el peligro. Hasta ahí, el miedo es necesario y cumple una función evolutiva que nos ha salvado la vida como especie por muchos siglos.
El miedo nació en nuestra especie como una respuesta que nos permite mantenernos a salvo. Es el mismo tipo de respuesta que genera, por ejemplo, un animal cuando está frente a su depredador. El miedo lo alerta y activa sus instintos para huir o defenderse. De aquí nace, por ejemplo, el conocido miedo a las alturas: se trata simplemente de una respuesta natural de nuestro cuerpo que nos está alertando «aquí no estás a salvo, podrías caerte y morir». Sin embargo, en los seres humanos este mecanismo se complejiza debido a nuestra profunda y enredada psicología.
¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando tenemos miedo?
El miedo se lleva a cabo a través de un proceso, en el cual el primero los sentidos reconocen el peligro, llevándolo al cerebro para ser interpretado, y de ahí pasa al sistema límbico que se encarga de regular las emociones del ser humano. Como consecuencia, se activa la amígdala que se encarga de liberar el miedo, y es cuando se produce diferentes síntomas o reacciones en el ser vivo:
- Aumento cardíaco.
- Aumento de la glucosa en la sangre.
- Aumento de la velocidad en el metabolismo.
- Aumento de la adrenalina.
- Aceleración de la respiración.
- Contracción muscular.
- Dilatación de la pupila.
¿Por qué el cambio nos da miedo?
¿Por qué aterra tanto el cambio? ¿Cuántas veces hemos rechazado propuestas para evitar correr riesgos? Probablemente muchas y en casi todos los ámbitos de nuestra vida.
A veces tomamos la decisión de mantener situaciones en las que no nos sentimos a gusto. Preferimos seguir ahí antes de enfrentar las posibles consecuencias negativas de un cambio, olvidando por otro lado, las positivas. Todo esto a costa de nuestra felicidad.
Ser precavidos es una actitud positiva y beneficiosa. Nos mantiene a salvo en muchas situaciones. El que no arriesga, ni gana ni pierde. En otras palabras, nos mantenemos en esa normalidad que hemos creado. Sin embargo, la vida es un constante cambio y a veces, hay que tomar ciertos riesgos para crecer a nivel personal, profesional, económicamente o como pareja.
El cambio nos da miedo porque viene cargado de incertidumbre, de esa sensación en la que es imposible predecir resultados y consecuencias. Puede que sea positivo, pero también puede que no lo sea tanto. La cuestión está en que hay momentos en los que se hace necesario tomar ciertos riesgos. No siempre es tan malo.
Causas habituales del miedo al cambio
Cuando tenemos que realizar algún cambio en nuestra vida, es normal que sintamos una especie de miedo que puede parecerse a una sensación de vértigo e incomodidad. ¿De dónde procede esta emoción? Son muchas las causas que hacen que tengamos miedo y es importante conocerlas para, así, hacerlas frente y volver a recuperar el timón de tu vida.
El miedo es uno de los principales enemigos de la felicidad porque, por miedo a lo desconocido, a no tener el control, al final terminamos viviendo una vida que no está mal pero que tampoco nos satisface por completo. Superar ese miedo es esencial para que puedas vivir tu vida al completo y como realmente quieres.
Acá te descubriremos por qué tenemos miedo al cambio indicándote las causas más habituales:
Miedo a no dominar la situación
Esta es una de las principales causas por las que tenemos miedo al cambio. Actualmente vivimos en una realidad que controlamos, es cómoda y es fácil de gestionar: nuestra ciudad, nuestro trabajo, nuestros amigos… Esto es lo que se llama la «zona de confort» y, como su propio nombre indica, aquí estamos muy cómodos y estabilizados.
Todo lo controlamos y lo podemos dominar. Pero, cuando algo de esto cambia, es cuando empezamos a sentirnos inseguros, a sentir que no todo está bajo nuestro control y, por tanto, esta situación puede causarnos ansiedad, miedo e incomodidad.
Miedo a equivocarnos
Otro de los principales motivos por los que tenemos miedo al cambio es por temor a equivocarnos. Está claro que, dentro de nuestra zona de confort, todo lo dominamos y, por tanto, difícilmente nos equivocaremos; sin embargo, si salimos de aquí y exploramos otras zonas nuevas para nosotros, será más fácil que erremos y que, por tanto, podamos sentirnos más vulnerables y débiles.
Además, si tomamos una decisión un poco más drástica como puede ser un cambio de pareja o de trabajo, es normal que este miedo sea aún mayor. Pero, tal y como dice el refrán «Quién no arriesga, no gana» así que es mejor arriesgar que quedarte en un sitio dominado y sin que te satisfaga al 100%.
Miedo a lo desconocido
Y, por último, otro de los motivos más habituales por el que tenemos miedo al cambio es que, en general, todo lo desconocido suele causar temor e inseguridad a las personas. Caminar por un terreno desconocido supone ir por una senda que no controlamos en absoluto y que, además, no sabemos qué nos puede deparar.
Miedo al cambio de trabajo
Uno de los miedos más comunes que hay en relación a los cambios es el temor a cambiar de trabajo. ¿Por qué sucede esto? Básicamente porque es en el terreno laboral donde convergen más emociones relacionadas con la seguridad en uno mismo y la autoestima. Por tanto, ante un posible cambio laboral, es habitual que nos vengan dudas sobre nosotros mismos como, por ejemplo, «¿Estaré a la altura?», «¿Estoy preparado/a para este cambio?», etcétera.
El miedo al cambio de trabajo es un temor común pero que debemos superar para poder permitirnos avanzar y crecer en el entorno laboral. Si nos dejamos guiar por este miedo, al final podemos quedarnos estancados en una profesión o en una categoría que no termina de convencernos. Podemos dar más de nosotros mismos pero, para ello, es importante que creamos en nosotros y, sobre todo, que nos atrevamos a dar el paso.
Miedo a cambiar de ciudad
También puede darse la situación de que te hayas cuestionado sobre por qué tenemos miedo al cambio debido a que se te ha planteado la posibilidad de cambiar de ciudad. Es el segundo miedo más común que hay, juntamente con el del trabajo que hemos mencionado anteriormente; la causa de este temor aparece porque en nuestra ciudad es donde nos sentimos completamente seguros: dominamos el transporte, los barrios, los restaurantes o locales, tenemos nuestros amigos, el trabajo, etcétera.
Un cambio de ciudad puede significar un cambio total de vida, un recomenzar de cero y empezar tu vida de nuevo. Y esto siempre da vértigo. Pero esa emoción no puede dominarnos, tenemos que aceptarla y, después, superarla. Es importante que entiendas por qué te está sucediendo esta situación pero que, también, te armes de valor y tomes la decisión que realmente quieres. No dejes que el miedo la tome por ti.
Miedo al cambio: ideas que te pueden ayudar
Ahora que ya sabes por qué tenemos miedo al cambio es importante que conozcamos la mejor manera de poder superarlo ya que, de esta forma, conseguiremos evitar que sea el dueño de nuestras decisiones. Tenemos que aprender a ser nosotros mismos los que guiemos nuestra vida, el miedo es una emoción natural pero nunca, jamás, deberá ser nuestro consejero.
Escuchalo, analizalo pero, después, superalo y atrevete a vivir como realmente queres hacerlo. Este es el primer paso para disfrutar de una vida plena y satisfactoria.
- Pensa en positivo: para poder superar el miedo al cambio es necesario que, en lugar de escuchar solo lo negativo que puedes experimentar con esta situación, le des una vuelta a tu mente y pienses en todo lo que aprenderás, la sensación de bienestar y satisfacción que tendrás. Es importante que le des la vuelta la moneda para que te atrevas a dar el paso. Lo positivo tiene que pesar más que lo negativo, ¡no lo olvides!
- Cultiva tu valentía: es una cualidad que, normalmente, no trabajamos por encontrarnos en un entorno conocido y que dominamos. Sin embargo, en esta vida es muy importante que seamos valientes, que nos atrevamos a dar el paso que queramos y que seamos nosotros los que mandemos en nuestra vida. No te dejes eclipsar por el temor y saca a relucir tu lado más valiente.
- Ir paso a paso: no tenes que forzarte. Esto es algo esencial dado que, la situación en sí misma ya te está causando estrés, por tanto, lo que menos tenes que hacer es ejercer mayor presión. Planteate ante este cambio con una actitud pausada y calmada, intenta ver todas las partes del proceso y encáralos de uno a uno. Esta es una manera sencilla de poder ir avanzando de forma tranquila y sin agobios.
Y recordá el miedo es una emoción normal. Todo el mundo teme a los cambios aunque, muchas personas, lo sienten como una oportunidad nueva, una ilusión, un reto. Intenta verlo vos también así y, de esta forma, conseguirás vivir como en realidad querés.